La ola de calor en alicante y las corrientes marinas disparan los ahogamientos
- On agosto 20, 2019
Las circulaciones de viento de poniente que causan temperaturas muy altas en la línea de costa exponiendo a los bañistas a golpes de calor y las fuertes corrientes de masas de agua en movimiento brusco que han obligado algunos días a realizar rescates masivos están detrás del incremento de los ahogamientos en las playas alicantinas. La provincia suma hasta el momento el doble de fallecidos en el agua que el año pasado. Los socorristas están detectando más mareos e ictus en el agua. Además, el calor de mediodía desplaza los baños a primera hora de la mañana y última de la tarde, fuera de horario de vigilancia, y en espacios sin socorristas que se buscan huyendo de las playas masificadas.
Aún así, este verano se ha producido un importante repunte en playas vigiladas, con ocho ahogados, frente a nueve personas que fallecieron en playas, piscinas y otros espacios sin servicio de salvamento. De ahí que la Federación Española de Socorrismo aconseje extremar la vigilancia con niños y personas mayores incluso donde haya socorristas, que han hecho más de 500 rescates en las playas.
En lo que va de año han muerto 17 personas en espacios acuáticos de la provincia, de ellas 15 en playas, costa y puerto; una en una balsa agrícola de Alfaz del Pi y la semana pasada un niño de 3 años en una piscina sin socorrista de una urbanización de Orihuela. Una cifra que se ha disparado. De enero a agosto de 2018 fallecieron por ahogamiento en la provincia ocho personas, la mitad que este año, y en todo el año pasado trece.
El aumento en lo que va de año de fallecimientos en el medio acuático en toda España se justifica en el fuerte repunte que supusieron los ahogados en julio y en el hecho de que en 2018 las condiciones meteorológicas desfavorables retrasaron el uso de los espacios acuáticos y, en consecuencia, rebajó la exposición de las personas a los peligros de los mismos, según recoge el Informe Nacional de Ahogamientos.
«La temperatura es un factor determinante. Desde que hacemos las estadísticas, en 2015, observamos que cuando no hace tanto calor, la gente no va tanto a estos espacios. El año pasado julio fue fresco. A menor afluencia, menor exposición y menor riesgo. Este año hace más calor y es mayor la afluencia», explicó ayer Jessica Pino, portavoz de la Federación de Socorrismo. A la vez, la mayor presencia de turismo empuja a buscar calas y espacios menos frecuentados para estar más tranquilos, donde no suele haber vigilancia, «lo que aumenta el riesgo y acaba en más fallecimientos y rescates porque los turistas no conocen las zonas de corrientes, o no están bien señalizadas».
En general los datos son preocupantes en toda España, donde las muertes por ahogamiento han crecido un 20%hasta agosto. En toda la Comunidad Valenciana son 37 los fallecidos, quince más que en 2018, y la mayoría en la provincia de Alicante, que, junto a Las Palmas y A Coruña, encabeza esta triste estadística.
José Miguel Jiménez, coordinador de Proactiva, concesionaria del socorrismo en las playas del término municipal de Alicante, apunta que está siendo un verano sin medusas y de días de pocas banderas rojas pero muy complicadas por las fuertes corrientes, que han obligado al servicio de vigilancia a realizar más de una decena de rescates múltiples, de grupos de personas, en las playas de San Juan y Urbanova.
El calor y la elevada humedad complican la labor de salvamento. «Estamos haciendo muchos rescates de personas mayores que sufren mareos. Estos días hay que beber mucha agua», aconseja.
Rescates
Cruz Roja lleva la vigilancia de las playas de Guardamar, Santa Pola, Dénia y Xàbia, donde se han producido este verano 318 rescates de bañistas que tenían dificultades para salir del agua. «Las más vulnerables son las personas mayores que se adentran y que les falta la fuerza física para regresar. También estamos teniendo más calor de lo habitual este mes de agosto y esto afecta sobre todo a los mayores», apunta también Alberto Tenreiro, coordinador de playas en Xàbia, que percibe un mayor respeto a las indicaciones de los socorristas, aunque aún insuficiente.
Como ejemplo, cita el caso de la cala Ambolo, clausurada por peligro de desprendimientos. «A pesar de estar la zona vallada, la gente se cuela y hemos tenido que realizar varios rescates». Otra zona sensible es la playa del Arenal, donde un temporal modificó el fondo. Desde entonces se presentan más corrientes y más rescates.
En Xàbia sigue habiendo bañistas jóvenes que no respetan la bandera amarilla o roja aunque nada que ver con anteriores veranos cuando los socorristas tuvieron que requerir en varias ocasiones la presencia policial para que los sacara del agua en situaciones de peligro. Este año no ha sido necesario tras las multas que interpusieron.
En Benidorm, los socorristas han llamado este verano en una ocasión a la Policía por la rebeldía de un bañista un día de corrientes pero finalmente no fue multado ya que se salió del mar antes de que llegaran los agentes. En la misma línea, tampoco ha tenido que intervenir la Policía en Torrevieja, como otras veces. A pesar de ello, ha habido tres ahogados, todos mayores, por infarto o ictus, según el concejal de Playas, Antonio Quesada. Otras tres personas han fallecido por ahogamiento en playas de Santa Pola y una en Dénia.
El director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, considera que la suma de dos factores meteorológico-oceanográficos puede incidir en el número de ahogamientos de este verano.
«Uno es la frecuencia de circulaciones de viento de levante especialmente en agosto, que hacen peligroso el Mediterráneo aunque la gente piensa que es un mar siempre calmado. Se forman resacas que dificultan mucho el baño y pueden provocar agotamiento del bañista que intenta salir en línea recta a la costa sin conseguir llegar a su destino».
La otra causa que apunta el climatólogo son las circulaciones de viento de poniente que disparan las temperaturas en la línea de costa. «En estos casos, el bañista tiene la sensación de que el agua está fresca porque siente el aire muy caliente y aguanta más sin bañarse. Pueden sufrir golpes de calor puesto que la cabeza permanece expuesta al aire muy cálido de poniente». Este verano, dijo, hemos tenido pocos días de calma.
La Federación Española de Salvamento y Socorrismo hace un llamamiento para extremar la precaución con los niños y con las personas mayores de 65 años en el medio acuático, aunque sean piscinas y playas vigiladas, en lo que queda de verano.
«En muchos casos, la causa es la imprudencia de personas mayores que se bañan solas sin las habilidades necesarias para salir del agua. Son más vulnerables y no deben estar solos. Realmente, todo el mundo debería ir acompañado a estas zonas para avisar rápidamente de cualquier riesgo», explica la portavoz de la Federación. Porque, aunque haya vigilancia, los demás bañistas pueden no percatarse sobre todo en zonas masificadas y se retrasan los tiempos de rescate, con lo que a mayor tiempo de reacción, sube el porcentaje de muertes.
En cuanto a los niños, la recomendación es no alejarse de ellos una distancia mayor a la de estirar el brazo para poder sujetarlos en una situación de riesgo.
Un artículo de J. HERNÁNDEZ
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